Crambe scaberrima

Descripción: Arbustillo perenne de hasta más 1 m de altura, simple o ramificado, con tronco grueso y leñoso, recubierto de una rugosa corteza de color pardo-grisáceo, profundamente marcada por las cicatrices circulares que dejan las hojas caídas.

Sus grandes hojas, de color verde-azulado y hasta 20 cm de largo, se agrupan en la parte terminal de las ramas. Son simples, alternas, ovaladas, cortamente aserradas en los árboles en los bordes, ásperamente rugosas y con nerviación patente en el envés.

Al envejecer se tiñen de bellas tonalidades rojizo-anaranjadas.

Sus pequeñísimas y fragantes flores, de apenas 5 mm de ancho, se disponen en grandes inflorescencias ramificadas de hasta más de 50 cm de alto. Cada florecilla presenta cuatro sépalos libres, de color blanco, y seis minúsculos estambres, con las anteras amarillas. Al madurar producen pequeños frutos secos alargados (silicuas) que contienen diminutas semillitas negras.

Ecología: Este endemismo de la isla de Tenerife vive en regiones montañosas del sur y suroeste, desde Güímar hasta Teno, donde se localizan sus mayores poblaciones, aunque en ningún lugar llega a ser frecuente.

Floración: Primavera.

Reproducción: Por semillas.

Usos: Las cabras se comen las inflorescencias tiernas, por lo que en zonas donde aún pastorean estos voraces animales resulta difícil contemplar ejemplares florecidos.

Ocasionalmente se emplea como ornamental.

Propiedades medicinales: Desconocidas.