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La flora de las Islas Canarias
Introducción
Las Islas Canarias poseen una extraordinaria riqueza florística que las
convierte en una de las primeras regiones biogeográficas del mundo y la
primera de España, tanto por su alto número de especies, como por su origen,
variedad, amplitud ecológica y proceso evolutivo, que aún se encuentra en
pleno desarrollo.
La flora vascular de Canarias cuenta con alrededor de unas 2.400-2.500
especies, de las que alrededor de 700 son endémicas, unas 100 compartidas
con otros archipiélagos macaronésicos, como las Islas Azores o Madeira, y en
torno a 600 de origen mediterráneo-africano, correspondiendo el resto a
especies introducidas.
Sin embargo, el lento pero progresivo deterioro de los hábitats naturales,
el uso indiscriminado de muchas de estas especies por parte del hombre, y
las grandes modificaciones que ha sufrido el entorno natural de las Islas en
los últimos tiempos han repercutido de una manera negativa en este
formidable conjunto vegetal, provocando que al menos cuatro especies se
consideren extintas, unas 120 se encuentran en peligro de extinción y otras
muchas entran en la categoría de raras o de vulnerables.
Por su singularidad, belleza, abundancia y características evolutivas, la
flora canaria ha llamado la atención desde hace siglos de muchos científicos
y naturalistas, que la han estudiado y dado a conocer en todo el mundo.
Entre todos ellos destaca Alexander von Humboldt, considerado el padre de la
Biogeografía, que durante su estancia en Tenerife en el año 1799 realizó una
ascensión al Teide y determinó la estratificación de la flora canaria en los
denominados pisos de vegetación. Durante esta excursión descubrió para la
ciencia a la violeta del Teide (Viola
cheiranthifolia), una de la plantas que crece a mayor altura de toda
España, y emblema de la flora canaria de alta montaña.
Canarias: origen y geología
El archipiélago canario se
encuentra entre las latitudes, 29º 24' 40'' N, en el islote de Alegranza, y
27º 38' 16'' N, en el extremo occidental de la isla de El Hierro; y entre
las longitudes 13º 19' 54'' O, del islote Roque del Este, y 18º 09' 38'' O,
del Roque del Guincho, también en la isla de El Hierro. Esto lo sitúa
geográficamente frente a la costa occidental de África, a menos de 100 km de
distancia de Cabo Juby, en el territorio del Sáhara Occidental.
La
superficie total del archipiélago es de 7.447 km², y está formado por siete
islas mayores (Tenerife, La Palma, La Gomera, El Hierro, Gran Canaria,
Lanzarote y Fuerteventura) y seis menores (Alegranza, La Graciosa, Montaña
Clara, Lobos, Roque del Este y Roque del Oeste). Sus costas tienen una
longitud total de unos 1.580 kilómetros, y la altura máxima de las islas se
sitúa en el Pico de El Teide, en Tenerife, que con sus 3.718 m es el punto
geográfico más alto de toda España.
El clima en Canarias
Por su situación
subtropical, la influencia de los vientos alisios y su enclave marítimo, las
Islas Canarias poseen uno de los mejores climas del mundo, siendo muy suaves
los contrastes entre estaciones, y entre las temperaturas del día y de la noche, especialmente en
las franjas costeras, de modo que mantiene un clima primaveral durante
casi todo el año. Las lluvias son escasas y las temperaturas moderadas,
con medias de unos 15-20º, aunque, dada la complicada orografía del archipiélago, se produce una gran
variedad de microclimas que determinan diferencias climáticas entre unas
islas y otras, e incluso dentro de una misma isla.
Además de la
influencia de la corriente fría de Canarias, que suaviza las temperaturas,
la presencia durante gran parte del año del
anticiclón de las Azores, la llegada de nubes de polvo
sahariano (calimas)
varias veces al año, o las ocasionales entradas de aire polar, el principal
determinante del clima canario son los alisios, un tipo de vientos
de componente este a noreste que sopla con velocidad bastante regular de entre 20 y 22 km/h, y
que al venir cargado de humedad oceánica hace posible que las Islas Canarias
no sean una zona desértica, como correspondería a su posición geográfica
frente a las costas de la banda sahariana del continente africano.
El relieve de Canarias
Las Islas Canarias se caracterizan por sus elevadas montañas en comparación con su extensión superficial. Como consecuencia de su origen volcánico su perfil es muy variado, pero, menos Lanzarote y Fuerteventura, todas tienen unas cumbres centrales dominantes. Desde ellas se descuelgan laderas de acusadas pendientes, acompañadas de profundos barrancos que llegan hasta el mar. Esta disposición de su relieve, junto con las características que supone el ser un territorio insular situado en la zona subtropical del Océano Atlántico, da lugar a un paisaje singular y de gran belleza, con gran variedad de suelos, climas y vegetación.
La predominancia de este relieve montañoso influye notablemente en la dinámica atmosférica de Canarias. Las cimas elevadas constituyen una verdadera barrera para las masas de aire, que al chocar con ellas se ven obligadas a ascender, por lo que se enfrían, se condensan y descargan la humedad en la vertiente norte de las islas expuestas al viento. En consecuencia, las islas montañosas son más húmedas que las llanas, y, dentro de las montañosas, las vertientes orientadas al norte lo son más que las que dan al sur, lo que influye notablemente en la vegetación isleña.
Vegetación de las Islas Canarias
La particular posición geográfica de las Islas Canarias, y sus peculiaridades geológicas, orográficas y climáticas han dado lugar al desarrollo y evolución de una extraordinaria vegetación, casi única en el mundo por su riqueza numérica, el alto grado de especies endémicas, su desarrollo en muy diferentes pisos de vegetación, según la altitud y características climáticas de cada zona, la pervivencia de bosques de laurisilva propios de la Era Terciaria y que ya no se encuentran en casi ninguna zona del mundo, la diversidad originaria de numerosas especies, y el singular proceso evolutivo que se produce por el aislamiento de la vegetación, ya sea debido a los factores derivados de la insularidad como a los de la muy variada orografía canaria. Las islas Canarias comparten una serie de elementos florísticos y formaciones vegetales que las hace singulares respecto a otras floras y regiones biogeográficas del mundo, presentando unos niveles de biodiversidad vegetal y endemicidad que las convierte en un importante punto caliente de biodiversidad mundial.
Dentro de la amplia variedad de especies que forman la vegetación canaria hay que distinguir entre especies autóctonas, especies endémicas y las especies que han sido introducidas por el hombre a partir del siglo XIV, cuando los europeos llegan a las islas. La flora autóctona la forman las especies que son propias de Canarias, pero no necesariamente exclusivas del Archipiélago, ya que un gran parte de ella se encuentra también en otros archipiélagos Atlánticos: Madeira, Azores, los islotes de Salvajes y, en menor número, en las Islas de Cabo Verde, dentro de una región florística denominada la Macaronesia. La flora endémica la forman especies que sólo se desarrollan en nuestro archipiélago, y que por diferentes procesos evolutivos se ha ido adaptando a espacios concretos de las Canarias. La flora introducida está formada por aquellas especies que han sido traídas a nuestro territorio a partir de los primeros pobladores que llegaron a ellas, ya fuese de modo intencionado o casual.
Pisos de vegetación
Una de las principales características de la flora canaria es su
distribución en zonas altitudinales, llamados pisos de vegetación, debido
principalmente a las condiciones climáticas, las variaciones de pluviosidad
y temperatura, muy relacionadas con la mayor o menor influencia de los
vientos alisios, la orientación del relieve, y sobre todo al desarrollo
altitudinal de cada una de las islas. Estos pisos se sitúan como si fuesen
estratos que se superponen unos a otros, desde el nivel del mar hasta la
cima de las cumbres, siendo más variados en las islas centrales y
occidentales, debido a su mayor altitud y más diversa orografía, y más
escasos en las orientales por su escaso desarrollo en altura y su más alto
grado de erosión geológica.
Las características del paisaje vegetal de cada uno de los pisos de vegetación
varían en función de las especies dominantes en cada uno de ellos, que darán
nombre, a su vez, a las formaciones vegetales más típicas del paisaje
canario: cardonales, tabaibales, sabinares, pinares, codesares, etc.
Origen de la flora canaria
Debido a su situación geográfica y a su aislamiento respecto a los continentes, en las Islas Canarias se han conservado géneros y especies vegetales que en otros puntos del planeta se encuentran en estado fósil, enterrados bajo capas geológicas ya antiguas. La mayor parte de estos restos se hallan en la zona mediterránea europea y en el sur de Rusia, y son idénticos a algunos endemismos que existen en la época actual en Canarias y Madeira.
Es por ello que la teoría más extendida sobre el origen de la flora canaria es la que afirma que la vegetación de nuestro archipiélago proviene de la flora subtropical europea del final de la Era Terciaria, cuando la gran glaciación que en ese tiempo afectó al hemisferio norte, al tiempo que en África se una intensa sequía originaba el gran desierto del Sáhara, dio lugar a la desaparición del clima subtropical propio de la ribera del Mar de Tetis, que separaba al continente europeo del africano, y quedó reducido más menos a lo que es el actual mar Mediterráneo.
A finales del Plioceno, muchas de las especies de esas zonas continentales se extinguieron debido a la presión ambiental que recibían por parte del frío del norte y de la sequía del sur, refugiándose las que pudieron en nuestras islas y otros archipiélagos macaronésicos, como Madeira o las Azores, sobreviviendo en ellas gracias a su situación oceánica y a su notable altitud, factores que mitigaron las temperaturas extremas que habían causado la extinción de sus parientes continentales.
Flora endémica
Debido a su localización geográfica, características climatológicas, orográficas, edáficas, y a su fragmentación territorial, las Islas Canarias presentan una gran diversidad de ambientes que dan lugar a unas condiciones de aislamiento muy favorables para la aparición de numerosas especies nuevas. De este modo, con apenas el 1,5 por ciento de toda la superficie del territorio español, Canarias alberga la mitad de la flora endémica del país, lo que otorga a nuestro archipiélago una importante relevancia científica y el carácter de reserva ecológica nacional y mundial.
Del total de unas 2.450-2.500 de especies que forman la flora natural del archipiélago canario, el número de especies endémicas se sitúa en torno a las 700, lo que representa aproximadamente un 25% de toda la flora vascular de las Islas Canarias, haciendo de nuestro territorio una de las zonas insulares oceánicas con mayor concentración de endemismos de todo el mundo.
Solanum vespertilio ssp. doramae
Flora amenazada
Debido a su situación geográfica y sus características oceánicas climáticas
y geológicas, las Islas Canarias poseen una gran variedad de plantas
nativas, siendo una gran parte de ellas endémicas, es decir que sólo se
desarrollan en nuestro archipiélago.
Pero su
pequeña superficie, 7.492 km², su aislamiento geográfico, sus
características orográficas, edafológicas y climáticas, además de las
particulares características de su flora, como el hecho de que muchas
especies sólo se desarrollen en espacios muy reducidos, ha hecho que muchas
plantas canarias se encuentren en mayor o menor grado de peligro. Además de
estos factores, existen otros que también colaboran en determinar el grado
de amenaza de una especie, como son la reducción de sus áreas de
distribución, la degradación de su hábitat potencial, la existencia de
poblaciones con escaso número de individuos, la presencia de especies
invasoras, etc.
Eschscholzia californica
Flora introducida
No se sabe con exactitud el
número total de especies introducidas en Canarias, pero se estima que puede
situarse en un rango variable entre las 800-1.200, y su cantidad aumenta
cada año con nuevas plantas que llegan para usarlas en agricultura o
jardinería, aparte de las que se introducen de modo casual junto a las
mercancías de barcos y aviones, y hasta en las ropas o zapatos de los
millones de personas que visitan anualmente este archipiélago. Así que puede
considerarse que aproximadamente la mitad de todas las plantas existentes en
las Islas Canarias son originarias de regiones ajenas a nuestro territorio.
Los motivos de la introducción de estas especies en las Islas son diversos,
pero se pueden dividir en dos grandes grupos: el de las plantas útiles,
especialmente especies dedicadas a la producción agrícola, y el de las
plantas ornamentales, traídas para adornar y embellecer tanto los espacios
públicos como las propiedades privadas.