Flora canaria > Especies > Laurus novocanariensis
Laurus novocanariensis Rivas-Mart., Lousa, Fern. Prieto, E. Días, J.C. Costa & C.
Aguiar
Familia LAURACEAE
Loro, Laurel,
Laurel canario
Descripción |
Los ejemplares más viejos suelen estar rodeados de "chupones", que son tallos secundarios de crecimiento rápido y que reemplazan al tronco principal cuando éste muere. Este proceso se produce también en el tilo (Ocotea foetens) y en el barbusano (Apollonias barbujana). Estos troncos secundarios se rodean otra vez de nuevos chupones, que, a su tiempo, vuelven a reemplazar a los anteriores; de este modo, en zonas donde el bosque de laurisilva se ha conservado bien, podemos encontrar grandes círculos de troncos terciarios alrededor de un hueco relleno de materia orgánica, en el lugar donde crecieron los troncos primarios y secundarios.
Las hojas, de 8-12 cm de largo y 3-4 de ancho, color verde claro, coriáceas y con un ligero olor a laurel, son simples, alternas, cortamente pecioladas, lanceoladas, enteras y onduladas en sus bordes, con nervadura pronunciada, y unas características y diminutas glándulas pilosas en la base de los nervios (domatia), que pueden servir de señal identificativa de esta especie para los observadores menos experimentados. Los brotes foliares están revestidos de hojuelas imbricadas y densamente recubiertas de un tomento ferruginoso, y que, al irse desprendiendo a medida que maduran y envejecen, van dejando una muesca bien visible en los tallos.
Es especie dioica, con flores masculinas y femeninas en ejemplares distintos, agrupadas en inflorescencias axilares de color blanco verdoso, escasamente atractivas. Las flores masculinas tienen los estambres dispuestos en verticilos; las femeninas presentan estambres petaloides y ovario unilocular. Los frutos son drupas carnosas más o menos de la forma y tamaño de una aceituna (1,5-2 cm de longitud), y tanto más olorosos cuanto más maduros; toman colores verdosos al principio, rojo cárdenos más tarde y finalmente negros.
Hábitat |
Floración |
Reproducción |
Usos |
Por su resistencia y rápido desarrollo es un árbol apropiado para repoblaciones forestales.
Su madera fue muy apreciada en ebanistería, tornería y construcción, pero sobre todo se empleó en la fabricación de carretas, cajas y herramientas agrícolas (los trillos de madera de loro han sido muy populares entre el campesinado canario). Con los troncos se confeccionaban colmenas y las varas se utilizaron para alzar las cepas de viña, tutorear tomateras y sostener plataneras. En el folclore herreño destaca una sencilla flauta travesera conocida como ‛pito herreño’, que se construía con las ramas más rectas del loro.
Propiedades medicinales |
Distribución |
Notas |
Hay que señalar que varios trabajos recientes ponen en duda la validez de esta especie, es más no sólo proponen la inclusión de las poblaciones consideradas como Laurus novocanariensis en Laurus azorica sino que ponen en duda que Laurus azorica y Laurus nobilis se puedan considerar especies distintas.
Entre los numerosos hongos que viven en nuestros bosques, existe uno (Exobasidium lauri) que se desarrolla exclusivamente sobre los oscuros y rugosos troncos de los loros; su cuerpo fructífero, de color amarillento y a veces de gran tamaño, adopta formas retorcidas y ramificadas, parecidas a la cornamenta de un ciervo, y que los campesinos llaman "las madres del loro".
Sus frutos son básicos en la alimentación de la paloma turqué (Columba bollii), ave exclusiva de los bosques canarios de laurisilva.
Etimología |
Sinonimia |
Distribución: Endemismo macaronésico. El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura.
Ecosistemas: Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal.
Altitud: Normalmente entre los 300-1.500 m s. n. m.