Aeonium lindleyi Webb & Berthel.
ssp. lindleyi
Gomereta, Bequeque, Higuereta
Matita pequeña, de porte y tamaño muy
variable, desde ejemplares de 5-10 cm de alto, hasta otros de más de
medio metro cuadrado de extensión y hasta 50 cm de alto. Normalmente son de
porte achaparrado o esparcido, hábito colgante o semierecto
y ramificación tortuosa, con numerosos tallos retorcidos y entrelazados
entre sí; los jóvenes, puberulentos, viscosos y de color verde claro;
luego leñosos o semileñosos, quebradizos, y recubiertos de una fina
corteza ligeramente fisurada de color blanquecino grisáceo;
frecuentemente con raíces adventicias.
Sus pequeñas hojas, de unos
2-4 cm de largo, aparecen dispuestas en menudas y apretadas rosetas
terminales de entre 4-9 cm de diámetro, normalmente con entre cinco y
trece hojas cada una. Son gruesas y muy carnosas, pubescentes,
pegajosas, de forma entre obovada y oblanceolada, mucronadas en el ápice, de
color verde oscuro, con el margen de color rojizo amarillento y
recorrido por cilios curvos de color blanco. En situaciones muy
soleadas, o durante los meses de verano, toda la superficie foliar
adquiere tonalidades rojizo amarillentas.
Sus llamativas y minúsculas
flores estrelladas, de apenas 1 cm de diámetro, crecen agrupadas en
pequeñas inflorescencias globosas situadas al final de los tallos,
generalmente con entre 15-85 flores cada una. Son regulares, partidas,
cada una con 8-9 sépalos acuminados, igual cantidad de pétalos de color
amarillo vivo, de elípticos a lanceolados y unos 5-7 mm de longitud, y
doble cantidad de estambres, con filamentos glabros y anteras amarillas.
Al madurar, produce numerosísimas y diminutas semillas.
Toda la
planta tiene un ligero olor a bálsamo, tanto más intenso cuanto más
expuestos estén los ejemplares a situaciones muy soleadas o en los
periodos más secos.
Su hábitat se circunscribe al área costera,
seca y soleada, del noreste de la isla de Tenerife, de donde es especie
endémica. Es frecuente en riscos costeros de Taganana, Bajamar, Punta
Hidalgo, Tacoronte, Santa Úrsula, La Orotava, Puerto de la Cruz, etc.
Relativamente abundante en las laderas de los barrancos que confluyen en
el barrio de San Andrés, así como en los riscos y paredones cercanos al
caserío de Los Batanes.
Normalmente crece formando grupos de varios
ejemplares, que ocasionalmente pueden ocupar una considerable extensión.
Su abundante y vistosa floración se produce
entre los meses de abril y junio, aunque pueden encontrarse ejemplares
en flor hasta en verano y otoño.
Por semillas y gajos, que deben dejarse secar
unos días
antes de plantarlos.
Su uso ornamental es cada vez más frecuente.
Su cultivo es muy fácil y requiere pocos cuidados, debiendo moderarse su
riego y abono, pues de lo contrario los ejemplares adquieren dimensiones
desproporcionadas que reducen su bello porte original. Pero esta
práctica no debería establecerse fuera de sus áreas de distribución
natural, para evitar indeseables efectos de hibridación con otras
especies de su amplio y diversificado género, además de hacerlo teniendo
un riguroso respeto a sus poblaciones naturales.
El zumo de sus hojas sirve de antídoto contra
la cáustica leche del cardón (Euphorbia canariensis) y las
tabaibas (Euphorbia spp.). Cataplasmas de sus hojas machacadas pueden
emplearse para rebajar la inflamación producida por contusiones
externas.
Estudios realizados por el profesor Antonio González, uno
de los científicos más importantes de Canarias en el siglo XX,
descubrieron la presencia en esta planta de principios activos como el
diterpeno labdano8a o la lindleyina, con efectos
antiinflamatorios, vulnerarios, oftálmicos y pulmonares.
Islas Canarias.
De Aeonium lindleyi se distinguen en
la actualidad dos subespecies: la típica, ssp. lindleyi,
exclusiva de la isla de Tenerife, y la ssp. viscatum, presente
únicamente en la isla de La Gomera, y que hasta no hace mucho tiempo se
consideraba como especie independiente. Por su parte, la clasificación
de la International Crassulaceae Network rebaja la diferenciación entre
ambas a la
categoría de simple variedad, quedando establecida la especie Aeonium
lindleyi con dos variedades: var. lindleyi y var.
viscatum.
Las hojas de la ssp. viscatum no son tan
gruesas, menos de 4 mm, como las de la subespecie lindleyi, con
hojas de un grosor de más de 5 mm, y además son más pubescentes.
En
algunas ocasiones se han encontrado híbridos producidos por el cruce
entre Aeonium lindleyi y Aeonium tabulaeforme
denominado Aeonium x anagensis.
Producto de
experimentos en vivero se ha obtenido un cultivar de Aeonium
lindleyi denominado 'Variegata', donde el verde típico de la
especie se alterna con tonalidades amarillo cremosas, formando bellos
dibujos de coloración muy atractiva.
Citas antiguas de la presencia
de Aeonium lindleyi en la isla de La Palma no han podido ser confirmadas
posteriormente.
Su nombre genérico (Aeonium) proviene del
griego y quiere decir eterno o que vive permanentemente, seguramente
aplicado a este grupo de plantas por su enorme capacidad de adaptarse a
cualquier situación ecológica, a su poder para desarrollarse incluso
sobre la piedra más descarnada, y a su facultad para sobrevivir en
cualquier circunstancia durante largo tiempo, casi "eternamente". El
específico (Lindleyi) está dedicado a John Lindley (1799-1865),
paleontólogo, naturalista y botánico británico, secretario de la Royal
Horticultural Society, autor de varias obras, entre ellas una
Introducción al Sistema Natural de la Botánica, en la que defendía
el sistema de clasificación natural ideado por A. Laurent de Jussieu frente al
usado por Linneo.
Aeonium tortuosum, Sempervivum
lindleyi.
Distribución:
Endemismo canario. Tenerife.
Ecosistemas: Cardonal-tabaibal.
Altitud: Normalmente entre los
10-600 m s. n. m.
Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín
Camaravision