Se utiliza ampliamente como planta ornamental, apreciada por su vistoso porte y floración. Requiere pocos cuidados, pero necesita calor y buen drenaje.
Es ideal como planta de interior, que agrega color y textura a cualquier habitación, especialmente cuando se le da un lugar en una ventana soleada.
Se adapta bien a jardines de bajo mantenimiento que imitan su hábitat nativo seco. Y es perfecta para su cultivo en macetas, permitiendo su uso versátil en patios, balcones y jardines interiores. También se pueden formar setos y parterres, donde su colorido ofrece un llamativo efecto ornamental.


De la planta madre se ha producido numerosas variedades y cultivares, que se diferencian principalmente por su mayor o menor tamaño, y la diferente coloración de sus flores, que van desde el rosa, al verde, amarillo, blanco, o multicolores.
Su nombre vulgar alude a la corona de espinas que se impuso a Jesucristo antes de su ejecución, creyéndose popularmente que esta fue la especie utilizada para crear esa corona.

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