Acanthus mollis
L.
Acanto, Acanta, Giganta,
Carnera
Descripción: Herbácea vivaz de 1-1,5 m
de alto, erecta, recia y vigorosa, sujeta al terreno por largas raíces
tuberosas, muy pegajosas y de color rojizo.
Sus grandes y relucientes
hojas, de color verde oscuro y hasta más de 1 m de longitud, se agrupan
apretadamente en torno a la base del tallo, formando una elegante roseta
basal. Son simples, alternas, largamente pecioladas, lisas, y con su
lámina foliar dividida en 6-7 grandes lóbulos, profundos, irregulares y
agudamente dentados, siendo el lóbulo terminal de mayor tamaño que los
otros.
Las flores, de color
blanquecino rosáceo, se disponen en elegantes y llamativas espigas
cilíndricas de hasta 60 cm de alto. El cáliz es bilabiado, con el labio
superior más oblongo, arqueado sobre la corola, y de coloración verdosa
o violeta. Su corola está formada por una sola pieza en forma de tubo de
unos 3-5 cm de longitud, que se extiende en su tramo inferior formando
un largo labio, finalmente dividido en tres lóbulos redondeados,
generalmente teñidos de púrpura; sobre este labio descansan cuatro
gruesos estambres, algo retorcidos y con las anteras vellosas. Cada flor
aparece rodeada de unas cuantas brácteas ovaladas de color verde rojizo,
con dientecillos espinosos.
Los frutos consisten en recias cápsulas
ovaladas de hasta unos 2-3 cm de longitud, conteniendo cada una de ellas
de dos a cuatro semillas lisas, de unos 10-12 mm de longitud y de color
negro.
Toda la planta despide un olor bastante desagradable.

Hábitat: Planta típicamente
mediterránea. En el archipiélago canario es habitual encontrar
ejemplares cultivados o semiasilvestrados en las cercanías de viviendas
antiguas o abandonadas, pues era una especie ornamental frecuente en
épocas pasadas, que se cree fue introducida en Canarias a lo largo del
siglo XIX.
En estado natural muestra preferencia por lugares húmedos
y algo sombríos de las zonas baja y media de las Islas, eligiendo para
su asentamiento bordes de caminos y carreteras, cultivos abandonados,
escombreras, laderas pedregosas, etc.
Los ejemplares se secan en verano, renaciendo con la llegada de las
primeras lluvias otoñales.
Floración: Desde finales de invierno
hasta comienzos del verano.
Reproducción:
Se multiplica por esquejes de sus tallos subterráneos, sembrados
a principios de la primavera, o por semillas desde abril hasta mayo.
Cuando los frutos están maduros, las semillas saltan solas de la espiga
y prenden fácilmente en el terreno alrededor de la mata.
Usos: Es una planta con unas
excelentes cualidades ornamentales. Su crecimiento es rápido, y puede
cultivarse en jardines o en macetas de gran tamaño, necesitando riego
moderado, exposición semisoleada y podas drásticas a ras del suelo
después de la floración. Muy adecuada para jardines sombríos, y para
cubrir grandes extensiones debido a su sistema radicular.
Sus espigas
son bonitas como flor cortada; también son recomendables para elaborar
ramos secos, que duran largo tiempo sin marchitarse.