Opuntia tomentosa
Salm-Dyck
Tunera de terciopelo, Tunera, Penca, Penca cana, Lengua de vaca
Descripción:
Arbusto cactiforme de hasta más de 4 m de
alto, con tallos robustos, casi cilíndricos, lisos, sin espinas,
revestidos de una corteza muy gruesa de color marrón grisáceo, y que se
ramifican ampliamente en su parte superior.
Las palas o artículos,
popularmente conocidos con el nombre de "pencas", son grandes y gruesas,
entre 15-30 cm de longitud por 6-12 cm de ancho, de obovadas a
elípticas, y con areolas muy pequeñas, y casi desprovistas
de espinas. Cuando la planta ha adquirido todo su desarrollo, las palas
jóvenes son de un brillante color verde, mientras que las adultas son de
un intenso verde sombra y están recubiertas por una espesa capa de
tomento blanquecino y suavemente aterciopelado; al envejecer, o en
situaciones muy áridas, adquieren un color amarillento o anaranjado. Con
el paso del tiempo, las palas inferiores se van maderizando.
En las
palas muy jóvenes, las hojas se reducen a pequeñas estructuras cónicas
finamente pubescentes, tiernas y prontamente caedizas, para dar paso a
las espinas que se desarrollarán en su lugar.
Sus llamativas flores,
de unos 4-5 cm de diámetro y color variable entre el amarillo y el rojo
intenso, se desarrollan en el margen de las palas, sobre lo que ya
constituye el rudimento del fruto. Cada flor presenta un considerable
número de pétalos, extendidos radialmente, y un número aún mayor de
estambres amarillentos, entre los que apenas sobresale un grueso y
llamativo pistilo.
Al fructificar producen frutos muy carnosos de 4-6 cm
de largo conocidos vulgarmente con el nombre de tunos, higos picos o
higos chumbos. Son lisos, aunque con pequeños gloquidios, casi globosos,
de color rojo escarlata al madurar y con el ápice en forma de ombligo,
conteniendo en su interior una jugosa pulpa del mismo color, repleta de
numerosísimas semillas, duras, casi planas y de color amarillento.

Hábitat: Especie de origen centroamericano,
principalmente México, introducida en Canarias a fines del siglo XIX, donde
se plantó en la zona costera y de medianías para utilizarla en la
producción de la cochinilla (Coccus cacti) -un insecto del que
se extrae un tinte de color rojo intenso y que se cotizaba a gran precio
en esos tiempos- y, en segundo término, para aprovechar sus frutos y sus
pencas. Pero, una vez desaparecido el cultivo a gran escala de la
cochinilla, se ha visto desplazada por la tunera o chumbera (Opuntia
maxima), especie con mayor capacidad de expansión y mucho más
productiva.
De sus antiguas poblaciones sólo quedan reductos de cierta
importancia en algunas localidades del noroeste de La Palma, y del norte
y noroeste de Tenerife, mientras que en el resto de nuestro archipiélago
únicamente se observan ejemplares aislados o pequeños grupos. Tiene
preferencia por terrenos ruderalizados y cultivos abandonados de las
zonas baja y media de las Islas.
Floración: Primavera y verano, principalmente entre los meses de junio y agosto.
Reproducción:
Por semillas, y por cualquier fragmento de
los tallos o las palas, que a poco de entrar en contacto con la tierra enraízan con suma facilidad.
Usos: Sus frutos son comestibles, muy sabrosos y
jugosos. Son ricos en fibra y vitaminas, especialmente vitamina A, B6, C
y K, así como potasio, hierro y cobre.
Antiguamente, y al igual que
otras especies de su género, se sembraba en laderas y terrenos
pendientes para propiciar la retención del suelo. También se usaba para
construir cercas vivas, y hasta singulares gallineros en los que
encontraban fácil refugio pollos, gallos y gallinas.
Su porte,
recubrimiento sedoso, baja espinosidad y la presencia casi permanente de
tunos en sus pencas, la convierten en una especie muy apropiada para su
cultivo en jardines rocosos de las zonas baja y media de las Islas.