Canarina canariensis
(L.) Vatke
Bicácaro, Bicacarera, Cabeza de gallo, Campanilla roja
Descripción:
Herbácea vivaz que produce una larga y gruesa
raíz tuberosa de hasta 1 m de longitud y 10 cm de diámetro, de color
blanquecino y profundamente enterrada en el suelo. Gruesa raíz de
reserva rematada por una estrecha corona caulinar de la que surgen yemas
purpúreas a principios del otoño. La parte aérea, que rebrota anualmente
después de las primeras lluvias otoñales, está formada por finos y
carnosos tallos de hasta 2 m de largo, de color verde rojizo,
interiormente huecos y con los entrenudos muy distanciados, que crecen
rastreros, trepadores o colgantes, en función del emplazamiento concreto
de cada ejemplar.
Las hojas, de unos 10-12 cm de longitud, son
simples, opuestas, largamente pecioladas, de lobado-triangulares a
sagitadas, con el margen inciso, herbáceas o algo carnosas, muy lisas y
verde lustrosas en la haz, mientras que glaucas y muy finamente vellosas
en el envés.
Sus grandes y bellísimas flores, de 4-6 cm de largo y
color rojizo anaranjado, aunque recorridas longitudinalmente por venas
de coloración rojo herrumbroso, crecen solitarias al final de largos
pedúnculos colgantes. Presentan un cáliz tubular soldado al ovario y que
se abre radialmente en seis lóbulos estrechos, formando una especie de
aspa invertida, y una corola campaniforme de hasta 5 cm de diámetro,
agudamente lobulada, con seis estambres con las anteras alargadas, un
estilo grande y cabezudo, y un estigma con seis lóbulos que se abren
cuando las anteras han soltado el polen. Los frutos son grandes bayas
carnosas de hasta 3-4 cm de diámetro, subglobosas y con costillas
prominentes, de color amarillo anaranjado cuando están maduras, y que
contienen un buen número de diminutas semillas negras.
Los tallos y
las hojas producen un látex amargo y apestoso.R

Hábitat: Endemismo canario relativamente frecuente en
riscos, laderas rocosas, taludes y márgenes de barrancos de la
Laurisilva y el Fayal-brezal, y, a veces, en zonas húmedas de las
medianías termófilas; siempre en lugares sombríos y con suelo humoso,
donde pueda asentarse bien su gruesa y tuberosa raíz.
Para Gran
Canaria ha sido citada una forma de hojas estrechas y flores pequeñas,
calificada como var. angustifolia. R
Floración:
Otoño, invierno y primavera. Después de la floración las plantas se
marchitan, recogiéndose los frutos cuando están casi secas. Las flores
son polinizadas por aves de la familia de los sílvidos (currucas y
mosquiteros).R
Reproducción:
Por semillas y por tubérculos. Muchas
de sus semillas son diseminadas por lagartos (Gallotia galloti) que
comen su frutos. Reproducción: Se reproduce por semillas y tubérculos.
En otoño los tubérculos producen un tallo grueso de color rojizo, que va
tornándose verde a medida que florece. Después de la floración, la
planta comienza a secarse, recogiéndose los frutos cuando está casi
seca.R
Usos: Sus frutos maduros, llamados popularmente bicácaros, son comestibles
cuando están bien maduros, teniendo un sabor dulce y agradable, y un
alto valor nutritivo. Formaban parte de la dieta guanche y, muy
probablemente, de la población campesina posterior a la Conquista, ya
que es uno de los frutos silvestres de mayor tamaño y jugosidad de todos
los que producen nuestros bosques. Se aprovecha como forrajera en
algunas zonas de la cordillera de Anaga, en Tenerife, donde aún es
abundante su presencia: Chamorga, La Cumbrilla, Las Carboneras, etc.
Cada vez es más frecuente su empleo como especie ornamental,
especialmente valorada por sus bellísimas y abundantes flores. Necesita
suelos húmedos y bien drenados, y exposición de semisombra. R