Flora canaria > Pteridium aquilinum
Pteridium aquilinum (L.) Kuhn in Kerst.
Familia HYPOLEPIDACEAE
Jelechera, Helechera, Helecho hembra, Helecho común, Helecho águila
Descripción |
Su lámina, coriácea, de contorno entre anchamente oblongo hasta deltoide, y color verde intenso, se divide de dos a cuatro veces (bipinnada, tripinnada o tetrapinnada), disponiéndose las pinnas en formación opuesta a lo largo del peciolo. Las hojuelas de último orden (pínnulas) son sésiles, anchamente lineares, enteras en sus bordes, obtusas o poco agudas en su ápice, incurvadas en su margen, lisas en la haz y con una suave pelusa en el envés.
Los soros se sitúan en los márgenes de las pínnulas, y se hallan protegidos por un doble indusio, con su parte más externa formada por un falso indusio que no es más que el margen de la hojuela enrollada hacia dentro, y con una más interna constituida por un verdadero indusio membranáceo. Las esporas son de color marrón castaño.
Cuando las hojas se marchitan adquieren una bella coloración rojizo amarillenta, antes de volverse pardas y deshacerse rápidamente si el tiempo es caluroso.
Toda la planta desprende un olor característico, que se acentúa notablemente cuando se seca.
Hábitat |
Aunque ocupa casi todo tipo de ecosistemas, muestra preferencia por lugares abiertos y soleados de la zona de medianías, pero no desprecia áreas más húmedas y sombrías del Monteverde y del Pinar. Coloniza rápidamente bordes de caminos y carreteras, lugares arrasados por los incendios, campos de cultivo abandonados, etc. En las zonas más expuestas, las frondes se van secando a lo largo del verano, para brotar de nuevo a mediados de otoño.
El éxito de su notable expansión se debe a varios factores: su desagradable sabor, que lo libra de animales predadores como vacas, cabras o conejos; su crecimiento gregario, a veces tan denso que es imposible pasar entre sus ejemplares; el grado de cobertura de sus frondes, que elimina casi totalmente a sus competidores directos; la gran resistencia de su rizoma al fuego y a condiciones climatológicas adversas; y su capacidad para reproducirse en zonas incendiadas.
Floración |
Reproducción |
Usos |
Hasta hace unas décadas se empleaban las frondes de este helecho como base para la cama del ganado vacuno en sus establos, mezcladas con ramas de brezos y fayas, produciendo un estiércol de gran calidad muy utilizado en los cultivos isleños antes de la introducción de los abonos artificiales.
También era costumbre entre los campesinos el cubrir las cestas de frutas que se llevaban al mercado con unas frondes tiernas de este helecho, tanto para protegerlas del sol como para indicar su frescura y lozanía.
Otros muchos usos se hacían de este tan extendido helecho en nuestras islas, como servir de relleno para colchones y almohadas, y para albardas de caballerías. Y en las hornas de carbón se ponía una capa de helechera bien verde alrededor de la leña amontonada, para que al cubrirlas de tierra esta no cayera dentro del montón.
En algunas zonas de la Península Ibérica se usaban sus frondes y rizomas para dar de comer a vacas y cerdos, generalmente después de hervirlos y mezclarlos con hierbas y patatas cocidas.
En algunos países del norte de Europa esta especie está asociada a rituales de protección, de curación y de fecundidad, como la costumbre de espolvorearse con su polen para favorecer la buena suerte.
Propiedades medicinales |
A pesar de lo anterior, a la infusión de sus hojas y rizomas le atribuye la medicina popular algunas virtudes, como bajar la tensión arterial, regular las menstruaciones, expulsar las lombrices intestinales y detener la diarrea.
Distribución |
Etimología |
Sinonimia |
Distribución: Nativa. El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote.
Ecosistemas: Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal, Pinar.
Altitud: Normalmente entre los 400-1.800 m s. n. m.
Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín